Al comprar una vivienda, sobre todo si es la primera adquisición de este tipo, surgen infinidad de dudas. Una de las más recurrentes es siempre la misma: qué tipo de interés elegir para nuestro préstamo hipotecario. Y lo cierto es que no es para menos, ya que elegir una opción u otra puede afectar directamente al dinero que tengamos que pagar durante los próximos años para hacer frente a la hipoteca.
Hace algunas semanas te contamos cuál es la previsión del euríbor para 2025, que ofrece buenas noticias para quienes quieran comprar una vivienda en la actualidad. El índice de referencia para las hipotecas en Europa vive un buen momento, vale. Pero… ¿Cuál de las modalidades de tipos de interés para estos préstamos es mejor? ¿Y qué diferencias existen entre ellas? Resolvemos todas tus dudas con este nuevo artículo de nuestro blog.
¿Qué es el tipo de interés de una hipoteca?
Antes de hablar de modalidades de tipos de interés en hipotecas es importante que conozcas qué es exactamente el tipo de interés. Desde Grupo Mayfo vamos a resumirlo de forma sencilla: se trata del coste de pedir dinero prestado al banco para comprar la vivienda. Porque no solo tendrás que devolver al banco el dinero que te ha dejado para ello, también tendrás que pagar unos intereses como pago por haberte prestado la cantidad económica que hayas solicitado.
El importe de los tipos de interés depende de varios factores económicos como las decisiones de los bancoes centrales, la situación del mercado y la inflación. En base a ellos, el interés a pagar por nuestro préstamo puede ser mayor o menor.
Modalidades de tipos de interés: ¿cuáles existen?
Aclarado qué es el tipo de interés de una hipoteca, llega el momento clave de esta publicación: explicar qué modalidades de tipos de interés ofrecen los bancos para los préstamos hipotecarios. En líneas generales las ofertas se centran en tres tipos de préstamos: de interés fijo, de interés variable y de interés mixto.
Fijo
En esta modalidad el interés se mantiene fijo durante toda la duración del préstamo. Esto quiere decir que siempre se pagará la misma cantidad de dinero en la cuota de la hipoteca, independientemente de lo que suceda en el mercado.
La ventaja de este tipo de interés tiene que ver con la estabilidad de los pagos mensuales, que no cambiarán. Por contra, su principal desventaja es que suelen ser de interés decreciente, por lo que primero pagarás muchos intereses y después amortizarás más parte del préstamo.
Variable
Es la otra cara de la moneda con respecto al interés fijo. En este caso, se trata de un tipo de interés que sí que puede cambiar a lo largo del tiempo. Y estos cambios están directamente ligados a un índice de referencia, que en el caso de España es el euríbor.
Como punto positivo de esta modalidad encontramos que los intereses suelen ser más bajos al principio. Sin embargo, implica un mayor riesgo ya que si aumenta mucho el índice de referencia también lo hará la cuota de la hipoteca que pagarás al banco.
Mixto
Este último tipo es una fusión de los dos anteriores, ofreciendo elementos combinados de los intereses fijos y variables. En él se establece un periodo inicial de varios años en el que el interés a pagar es fijo. Y pasado ese tiempo el interés se convierte en variable.
Se trata de una modalidad que ofrece una estabilidad inicial sin renunciar a la posibilidad de beneficiarse de tipos más bajos de interés en el futuro. Una opción perfecta si crees que los tipos de interés serán más bajos a medio o largo plazo.
