Desde hace algún tiempo estamos utilizando nuestro blog para hablar sobre la construcción de viviendas y los aspectos más relevantes del proceso. Por ejemplo, unos días atrás escribimos sobre las casas prefabricadas y os explicamos qué es la bioconstrucción. Y lo cierto es que todavía nos quedan por repasar muchas cosas desconocidas para la mayoría que podrían resultaros muy interesantes.
Una de ellas es la que nos ocupa para este nuevo post: la fachada ventilada. Es posible que debido a su nombre puedas hacerte una idea de lo que se trata. Sin embargo, lo más seguro es que no sepas a qué hace referencia esta técnica. Así que lo que haremos en esta ocasión será explicaros todo lo que debéis saber sobre las fachadas ventiladas y detallar las ventajas que ofrecen en la construcción a día de hoy.
Fachada ventilada: qué es exactamente
Para empezar, debemos tener claro qué es una fachada ventilada. Podríamos definirlo como una fachada que se encuentra separada de la fachada principal de la vivienda. Algo así como una segunda piel, un recubrimiento nuevo para la casa pero que no se encuentra pegada a la misma. Es decir, una nueva fachada que deja un espacio de aire entre ella y la anterior fachada. Y como resultado de esto es posible que circule el aire entre ellas y se aumente la resistencia al deterioro directo, además de eliminar problemas de condensación o puentes térmicos.
De este modo, podríamos decir que se trata de un cerramiento exterior que está sujeto, mediante anclaje, a la fachada principal. Pero siempre, para que sea ventilada, debe existir una separación entre las dos estructuras.
Una fachada ventilada es un nuevo recubrimiento de la vivienda que deja un espacio libre, una cámara de aire, entre ella y la fachada original
Cómo funciona una fachada ventilada
Sobre el funcionamiento de estos elementos de las viviendas, podemos aclarar que se comportan de una manera diferente en verano y en invierno. Y esto nos permite tener un hogar que se adapta mejor a las condiciones típicas de cada estación del año.
En invierno
En invierno las fachadas ventiladas permiten que el calor se mantenga en el interior de la vivienda de forma fácil, ya que funcionan como una capa más de aislante térmico. Por otro lado, la pared interior de la vivienda está más protegida frente a la lluvia y el frío, además de mantenerse libre de humedad.
En verano
En verano sucede al revés: el revestimiento hace que el calor exterior no acabe dentro del hogar, manteniendo el interior a una temperatura más fresca. Esto sucede gracias a la cámara de aire existente entre las dos fachadas de la vivienda. Otra ventaja tiene que ver con los posibles daños del impacto térmico, que se reducen de forma notable.
Las ventajas de las fachadas ventiladas
Sobre las ventajas de este tipo de fachadas, la más destacada tiene que ver cuando se recurre a ella para rehabilitar una construcción. Esto es así debido a que al instalarse por fuera resulta fácil de llevar a cabo y evita tener que tocar el revestimiento y los muros originales. Esto, además de hacerlo todo más rápido y económico, permite cambiar la apariencia de un hogar sin tener que restarle superficie. Y no es lo único, ya que las fachadas ventiladas también permiten incorporar aislamiento térmico y acústico, lo que hará del hogar un lugar más confortable a todos los niveles.